3ª Juan 1:2 Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.
La palabra “deseo” (gr. Eujomai): querer, ansiar, anhelar, desear.
La palabra “salud” (gr. Hugiaino): higiene, sano del cuerpo, estar en perfecta salud.
Partamos entonces mencionando que el deseo (voluntad) de Dios es que estemos en perfecta salud.
Entonces podríamos preguntarnos ¿Por qué Dios permite que nos enfermemos?
Para responder esta pregunta debemos saber que la enfermedad entró en el mundo por causa del pecado, no es que Dios introdujo la enfermedad dentro de su plan Divino, sino que el hombre por su pecado le dio lugar a la enfermedad:
1.- la enfermedad a veces es ocasionada por ciertos pecados específicos. El pecado y la enfermedad tienen una cercanía muy estrecha.
2.- puede ser un ataque de satanás para detenernos en la obra de Dios o quitarnos la vida y así arruinar el plan de Dios para nuestras vidas.
3.- puede ser una medida disciplinaria por parte de Dios. Existen ocasiones donde Dios desea corregir los pasos de sus hijos (en tal caso la enfermedad es una “bendición”), esta clase de procesos lleva al creyente a humillarse hasta el polvo y de esa manera vuelve a una vida de intimidad con Dios.
Sea cual sea el motivo de la enfermedad una cosa es cierta, la perfecta voluntad de Dios es que vivamos sanos y saludables ya que un cuerpo enfermo no puede trabajarle con total libertad en su obra, por eso debemos reclamar salud Divina.
Otra buena pregunta sería ¿Cómo puedo yo estar seguro que Dios desea sanarme?
Bueno, lo primero es decir que existen muchísimos versículos hablando sobre esta buena voluntad de Dios, pero veamos un pasaje clave para responder a esta pregunta.
Isaías 53:4-5: Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
Para demostrar que este pasaje no solo es para los del antiguo pacto el Señor lo menciona dos veces en el N.T. (Mateo 8:16-17): Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos; para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: Él mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.
Y en (1º Pedro 2:24).
“Ciertamente” (gr. Akén): Seguro, verdaderamente, cierto. No solo dice “llevó nuestras enfermedades” sino que se le añade “CIERTAMENTE” a lo que está a punto de decir. ¡Gloria a Dios!
Sufrió nuestro dolores… esto concuerda con (Salmos 103:2-3) Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias.
Dios se llevó hasta nuestras dolencias ¿acaso no es maravilloso?
Cuando dice: “por su llaga fuimos nosotros curados” se está refiriendo al calvario completo de nuestro Señor Jesucristo. Por todas esas horribles heridas que Él recibió, es que nosotros podemos pedir sanidad Divina con toda confianza al Señor. Él compró sanidad para nuestros débiles cuerpos.
¿Para quienes es esta promesa?
Éxodo 15:26 / y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador.
Si caminamos en obediencia a su Palabra tenemos derecho a reclamar sanidad al Señor y reprender al diablo en el nombre de Jesús. Pero recordemos que Dios desea nuestra obediencia, esa es su condición.
Éxodo 23:25 / Mas a Jehová vuestro Dios serviréis, y él bendecirá tu pan y tus aguas; y yo quitaré toda enfermedad de en medio de ti.
En Deuteronomio 7:15, en la sección que habla sobre las bendiciones de la obediencia dice: “Mas a Jehová vuestro Dios serviréis, y él bendecirá tu pan y tus aguas; y yo quitaré toda enfermedad de en medio de ti”.
Pero veamos que dice en las maldiciones de la desobediencia en Deuteronomio 28:60-61: y traerá sobre ti todos los males de Egipto, delante de los cuales temiste, y no te dejarán. Asimismo toda enfermedad y toda plaga que no está escrita en el libro de esta ley, Jehová la enviará sobre ti, hasta que seas destruido.
Todo esto está en el A.T. Pero ¿Qué pasa en el N.T.?
En el N.T. hay promesas de sanidad por montón, pero veamos que dijo nuestro Señor.
Marcos 16:17-18 / Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.
Fíjese que cada vez que habla de sanidad, lo dice con tanta seguridad que no debería caber duda en nosotros, usa palabras como, ciertamente, llevó (verbo pasado), sanarán, fuimos curados, quitaré toda enfermedad, soy Jehová tu sanador. Son palabras ciertas y con firmeza.
Santiago 5:14-15 / ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados.
Recordemos que si Ud. Está en un trato exclusivo de Dios para enderezarlo, por más que oren quizás no sanará completamente hasta el día designado por Dios, pero en ese proceso Ud. No debe desalentarse y dejar de pedir sanidad para su cuerpo enfermo, porque no sabe cuál es el día que el Señor le responderá y si pierde la fe quizás deje esa enfermedad viviendo siempre en Ud. Pelee su batalla que no sabe cuándo su fe toca el corazón de Dios, recuerde la mujer cananea que el Señor se negó a sanarla y por la insistencia de ella y por su fe, el Señor le concedió sanidad, recuerde a la viuda y el juez injusto, recuerde al insistente Elías que oraba por lluvia, recuerde al insistente Daniel y sus 21 días de ayuno, recuerde al amigo que pedía pan a media noche y por su insistencia fue oído. El que insiste es porque tiene fe y sabe que en cualquier momento Dios puede hacer la obra.
Las enfermedades, los demonios y la responsabilidad humana.
Ciertamente en varias ocasiones la biblia enseña que las enfermedades son ataduras y opresiones del diablo como lo muestra Hch. 10:38; Luc. 13:16; Mr. 9:25.
Aun así no todas las enfermedades son demonios, eso sería una exageración. Hay veces que padecemos resfriados o gripes por nuestra propia irresponsabilidad, por cambios bruscos de temperatura, por nuestra mala dieta, una alimentación chatarra provocará un cuerpo chatarra. Al comer mal, o en exceso nuestro cuerpo deja de funcionar con normalidad, las defensas se bajan y nuestro sistema inmunitario se debilita y después viene la enfermedad por nuestra culpa.
Otras ocasiones comemos con las manos sucias, frutas sin lavar, cubiertos mal lavados, etc. Se contraen bacterias y virus por mera irresponsabilidad.
Entonces en estos casos los responsables de las enfermedades seríamos nosotros mismos.
¿Podemos ir al médico y tomar medicamentos?
En este punto hay que ser muy cuidadosos, pues sea cual sea su postura no puede por ningún motivo al que piensa de otra forma, todos tenemos un trato especial por parte de Dios Ud. Muévase como Dios le guie, pero sin juzgar a su hermano(a).
Incluso los más estrictos en este asunto nunca han dicho que ir al médico es pecado, sino que ellos le han llamado falta de fe, pero nunca pecado.
Partamos diciendo enseguida que si podemos ir al médico sin ningún problema o cargo de conciencia, pero también sin dejar de mencionar que antes de ir al médico acuda primero a Dios, ore y pida guianza a Dios para saber qué debe hacer. Quizás Dios quiera sanarle personalmente, sin ningún agente externo, pero quizás Dios quiera usar un médico (un medio) para sanarle.
La misma Biblia reconoce la debida atención médica (Mt. 9:12; Lc. 10:34; Col. 4:14).
Los médicos son medios que Dios puede utilizar para proveer las herramientas necesarias para que la gente sea sana.
Pero nunca se debe ir al médico, confiando en ellos, sino en Dios. No podemos tomar remedios confiando en los remedios sino en Dios. Sin importar los recurso para efectuar nuestra sanidad, siempre debemos ver y confiar que Dios está utilizando un medio para ejecutar sanidad.
Dios le dio la sabiduría al hombre para crear tantas cosas que nos ayudan a mantener una buena salud.
El rey Asa fue a los médicos olvidándose de Dios, no fue malo que haya ido a los médicos, lo malo fue que dejó de confiar en Dios por confiar en sus médicos y eso lo mató. 2ª Crónicas 16:12: En el año treinta y nueve de su reinado, Asa enfermó gravemente de los pies, y en su enfermedad no buscó a Jehová, sino a los médicos.
NTV: En el año treinta y nueve de su reinado, Asa contrajo una enfermedad grave en los pies. A pesar de lo grave que era, no buscó la ayuda del Señor, sino que recurrió exclusivamente a sus médicos.
Dios no está en contra de las cirugías, más bien el guía las manos de muchos médicos en el momento de operar. No se olvide que Él mismo mando a circuncidar a su pueblo y eso era una cirugía en el prepucio del varón para tener una mejor salud.
En una ocasión sanó con un remedio casero (2ª Reyes 20:7): Y dijo Isaías: Tomad masa de higos. Y tomándola, la pusieron sobre la llaga, y sanó.
El mismo apóstol pablo recomienda a Timoteo beber un poco de vino como remedio a sus frecuentes enfermedades en el estómago (1ª Timoteo 5:23): Ya no bebas agua, sino usa de un poco de vino por causa de tu estómago y de tus frecuentes enfermedades.
En ese tiempo no existían píldoras ni había tanta ciencia como ahora, por eso tenían que arreglárselas con lo que tenían a mano, en este tiempo no solo tenemos buenos remedios, sino también yerbas naturales para el beneficio del cuerpo. Pero ojo, que la medicina no vino para reemplazar el poder sanador de Dios, sino más bien como una ayuda y beneficio para los hombres.
La práctica de ir a médico y tomar remedios es recomendable cuando no vemos mejoras por más que oramos (pero siempre sea guiado por Dios) ya que a veces no es un problema de falta de fe, sino que por misterios de Dios simplemente no sana al momento, y no podemos quedarnos viendo como empeoramos sin ser prudentes. Ni pablo pudo sanar en ciertas ocasiones:
2ª Timoteo 4:20 / Erasto se quedó en Corinto, y a Trófimo dejé en Mileto enfermo.
Filipenses 2:26-27 / porque él tenía gran deseo de veros a todos vosotros, y gravemente se angustió porque habíais oído que había enfermado. Pues en verdad estuvo enfermo, a punto de morir; pero Dios tuvo misericordia de él, y no solamente de él, sino también de mí, para que yo no tuviese tristeza sobre tristeza.
No nos olvidemos que incluso Eliseo murió de una enfermedad:
2ª Reyes 13:14 / Estaba Eliseo enfermo de la enfermedad de que murió. Y descendió a él Joás rey de Israel, y llorando delante de él, dijo: ¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a caballo!
Sin duda alguna la perfecta voluntad de Dios, pero hay cosas que uno no puede explicar y simplemente Dios tiene un plan mejor y por eso permite ciertas cosas que no podemos entender.
Pero Ud. No se deje llevar por estas excepciones, que si Usted tiene un deseo sincero de trabajar para el Señor, Dios es fiel, Justo y Misericordioso y le sanará para que le trabaje en su obra, mire que la mies es mucha y los obreros pocos.
Personalmente pienso que Dios lo permite en estos casos, para que los demás vean y sepan que por muy usados que fueron, siguen siendo hombres débiles y que de Dios es la gloria.
¿Por qué no llega la sanidad?
Los teólogos dan varias razones del porque el milagro no ocurra, pero solo enumeraremos las más acertadas:
1. Algunos buscan sanidad antes que la Salvación. Es cierto que Dios hace salir su sol sobre malos y buenos y que hace llover sobre justos e injustos (Mt. 5:45), pero Dios está interesado en primeramente salvar el alma, luego la sanidad física. Supongamos que Dios te sana una pierna mala, y si no te has convertido esa pierna después la estarás usando para bailar al diablo, por esa y muchas otras razones es que primero es la salvación del alma, después los otros beneficios.
2. Pecados no confesados. (Stgo. 5:16) Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. No hablamos de una confesión católica ante un sacerdote, más bien de una confesión ante un siervo de Dios maduro que tenga un consejo sabio y que pueda orar por nosotros. Hay veces que estas confesiones son necesarias porque al no soltar eso se crea disgustos, raíces de amargura, ansiedad y temor y eso afecta nuestra fe y confianza en Dios y sin fe nadie puede ser sano.
3. Por falta de fe en el que ora o el que quiere ser sano (incredulidad). La biblia dice “la oración de fe salvará al enfermo” (Stgo. 5:15). Sin fe es imposible agradar a Dios (Heb. 11:6). Jesús le dijo: si puedes creer, al que cree todo le es posible (Mr. 9:23).
4. Desobediencia. Como antes hemos visto, la sanidad es para el pueblo de Dios que anda en obediencia (Ex. 15:26).
Por Pastor Marcelo Fuentealba
