Hebreos 6:4-6 Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, 5 y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, 6 y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio.
I. INTRODUCCIÓN
La doctrina anti bíblica de los “salvos siempre salvos” o “calvinistas” o “híper calvinistas”, no creen que la apostasía se pueda dar en alguien que ha sido salvado por Cristo, o mejor dicho no creen en lo que claramente enseña la biblia como posible.
La apostasía (gr. Afistemi) significa “apartarse”, “deserción”, “abandono”, “retirada”, “rebelión”, “apartado”.
En palabras más claras “apostatar” significa cortar la relación salvadora entre Cristo y el creyente. Es cortar la unión del creyente con el cuerpo de Cristo. Es abandonar la fe, que es el puente que nos conecta a su gracia salvadora.
Por ende, la apostasía solo es posible para aquellos que un día han estado unidos con Cristo, que han sido parte de su cuerpo, y digo esto porque los “salvo siempre salvo” enseñan que los únicos que pueden apostatar o abandonar la fe, son aquellos que nunca estuvieron bien unidos a Cristo, pero esto es ridículo, infame, y absurdo, ya que la propia definición de “apostasía” divorciarse, y para divorciarse primero tuvo que haber una unión, así que sí, el creyente si puede apostatar. Si puede perder su salvación.
II. APOSTASÍA TEOLÓGICA Y MORAL
La apostasía se puede dividir en dos secciones, apostasía teológica y apostasía moral.
1. Apostasía teológica: es rechazar todas o algunas de las enseñanzas bíblicas de Cristo y de los apóstoles (1ª Tim. 4:1; 2ª Tim. 4:3-4).
2. Apostasía moral: es cuando el creyente deja de permanecer en Cristo y vuelve a hacerse esclavo del pecado y de la inmoralidad (2ª P. 2:21-22; Rom. 6:12-13; Heb. 10:38; Heb. 3:12).
Ambas apostasías son graves delante de Dios, y muchos hoy en día viven en la apostasía moral, siguen con la doctrina en pie, pero su vida moral es un asco. Y mucho peor es cuando caen en ambas.
Debemos siempre vivir cuidadosamente, el evangelio no es unas vacaciones en Cancún, es una guerra donde el que pestañea pierde.
III. ADVERTENCÍAS SOBRE NO APOSTATAR
La biblia está llena por todos lados de grandes advertencias, con el fin de que el creyente no vuelva atrás, que no abandone su fe en Jesucristo, sino que se mantenga fiel al Señor.
Veamos algunos pasajes bíblicos:
Mateo 24:4-5 Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. 5 Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán.
Juan 15:6 El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden.
Romanos 11:22 Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado.
1ª Cor. 15:1-2 Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; 2 por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano.
1ª Tim. 4:1,16 Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; 16 Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren.
2ª Tim. 4:2-4 que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. 3 Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, 4 y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.
Hebreos 2:1-3 Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. 2 Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, 3 ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron.
Hebreos 3:12-14 Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; 13 antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado. 14 Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio.
También puede leer (Apoc. 3:15-16; Jer. 5:7; Prov. 21:16; 1° Cor. 10:11-12; 1° Tim. 5:15; 2° P. 2:20-22; Heb. 10:26-29; Apoc. 3:5; Is. 1:2-4).
IV. PASOS QUE CONDCEN A LA APOSTASÍA
1. Se deja entrar la incredulidad, y se deja de tomar en serio las advertencias y prohibiciones bíblicas (Heb. 3:12).
2. Las realidades del mundo parecen más reales y relevantes que las realidades de la vida futura en gloria (1ª Juan 2:15-17).
3. El pecado les engaña reconquistando su corazón y desviándole del camino santo (Heb. 3:13).
4. Por endurecimiento del corazón por algunas experiencias negativas (Heb. 3:7-8).
5. Dejan enfriar su vida espiritual dando más tiempo a cualquier otra trivialidad (Mt. 26:41).
6. Se dejan engañar por doctrinas erróneas y turbias, que tergiversan las verdades cardinales del evangelio (1ª Tim. 4:1).
7. Por cobardía, pues prefirieron vivir reposadamente y no sufrir tanto por la causa de Cristo (Ap. 21:8).
V. CONSLUSIÓN
No se debe pensar que porque la apostasía sea posible, significa que a vivimos peligrando con una salvación frágil que al primer pecado la perdemos, esto no es así, muy por el contrario, nuestra salvación está firme y segura (Rom. 5:1-2; 8:35-39), pero siempre debemos vivir con temor y temblor, con reverencia, entendiendo que aún los grandes han perdido en algunas ocasiones su corona, por ende sigamos con firmeza el consejo apostólico “… ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor” (Fil. 2:12).
¡Temblad, y no pequéis! (Salmos 4:4).
Por Pastor Marcelo Fuentealba
