1° Corintios 14:40 pero hágase todo decentemente y con orden.
I. INTRODUCCIÓN
Este tema nace desde un profundo sentir en mi corazón, un sentir de preocupación, creo que es algo parecido a lo que el apóstol Pablo mencionaba cuando dijo “No quiero, hermanos, que ignoréis acerca de los dones espirituales” (1°Cor.12:1), fíjese que la perfecta voluntad del Espíritu de Dios es que los creyentes no sean ignorantes en el uso de los dones espirituales, por eso dice “no quiero que ignoréis”, es como si nos dijera: "no te quiero ignorante sobre cómo usar mis dones".
He visto y escuchado profecías durante lo largo de mi vida, desde mi convertimiento me relacioné mucho con las profecías, debido a que dónde estaba y donde viajaba se me acercaban hermanos y hermanas con don de profecía entregarme una palabra de parte de Dios. El don de profecía en realidad es algo muy maravilloso cuando se usa bajo la unción del Espíritu Santo y bajo la dirección Divina.
En mi vida he pasado por los 2 extremos de opiniones sobre el don de profecía, en mis comienzos por ejemplo, en mi primer año de convertido, anhelaba con todas las fibras de mi corazón que un profeta se me acercara a hablarme de parte de Dios, pero pasado los años y viendo tanto desorden profético, llegué a tener una especie de resentimiento en contra de los profetas, así que he estado en las 2 caras de la moneda en cuanto a este asunto. Hoy, por misericordia de Dios considero que tengo un pensamiento bíblico y cabal al respecto.
La biblia dice claramente “No menospreciéis las profecías” (1° Tes. 5:20). Esta palabra “no menospreciéis” provienen del griego (exoudsenéo) y significa “no estén teniendo como nada, desechar y tratar con menosprecio”.
II. EL PROBLEMA
Entonces, en las iglesias actuales vemos por un lado mucha profecía, a tal punto que, si en un culto no hubo profecía tampoco hubo un buen culto, a tal punto que la profecía vale más que la palabra de Dios (aunque no lo dicen desde el púlpito pero sus actos se refleja esta verdad), pero por otro lado tenemos las iglesias donde pasa 1 año entero y nadie ha profetizado, nadie ha hablado de parte de Dios y esto tampoco es sano para la iglesia, porque por algo Dios dejó los dones.
¿Sabe de dónde nace el problema? De nosotros, los líderes eclesiásticos.
La iglesia se va a ceñir a la enseñanza que el pastor o encargado de obra entregue desde el altar. Me explico. Sucede que cuando un pastor es muy bueno para dar golpes en contra de las profecías, el espíritu del profeta se desanima y suele suceder que nunca nadie profetiza, hasta el punto de que parecen iglesias cesacionistas (negadora de los dones extraordinarios).
Y hay otro tipo de iglesias donde todo se lo dejan “al Espíritu”, y esto suele transformarse en un desorden, porque por más que creamos que el Espíritu Santo nos dirige a todo, también debe haber un orden de culto y una liturgia clara en el desarrollo del mismo. Cuando un líder de iglesia desplaza la Palabra, predica más testimonios que biblia, habla más de los problemas de la iglesia que de biblia, y para finalizar sólo dice “que se activen los dones”, “Que se muevan los instrumentos”, es obvio que tendrá una iglesia pasada profecía, porque de alguna manera tiene que suplir lo que no ha entregado en el mensaje de la Palabra.
Concluimos pues, que el problema está en lo que se enseña y cómo se enseña.
III. EL USO CORRECTO Y EL INCORRECTO
Existe un uso y abuso del don de profecía. El buen uso lo encontramos en (1° Corintios 14) y en el libro de los hechos. El abuso o mal uso, está cuando nos salimos de (1° Corintios 14) y del libro de los hechos.
La profecía es un don (no un ministerio) que sirve para dar mensajes de Dios a su pueblo de manera un poco más específica. La profecía debe concordar con las sagradas Escrituras, y no contradecirlas. Esta incluye tres factores esenciales que es la edificación, exhortación y la consolación (1ª Cor. 14:3). Se debe ser muy cuidadoso con este don debido a los muchos falsos profetas que hoy existen, no se debe menospreciar las profecías (1ª Ts. 5:20), pero tampoco se puede recibir como un incauto todo lo que le dicen, sino que con reverencia se debe probar los espíritus (1ª Jn. 4:1).
El uso correcto:
1. Pueden profetizar hombres y mujeres por igual sin ninguna especie de distinción, lo único que se le pide a la mujer es que tenga la señal de ser una mujer sujeta a su marido (es decir una mujer de Dios) (1° Cor. 11:5) “Pero toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta, afrenta su cabeza”; (v.10) “Por lo cual la mujer debe tener señal de autoridad sobre su cabeza, por causa de los ángeles”. Además recordemos que Felipe el evangelista tenía cuatro hijas y estas profetizaban (Hch. 21:9).
2. No hay necesidad de profetizar danzando o con los ojos abiertos como es una costumbre en Chile y también en otros países, no es que sea malo, si no que no es necesario. Ningún profeta en la biblia estaba profetizando ojos cerrados ni mucho menos danzando. Los profetas bíblicos de génesis y apocalipsis hablaban mirando su audiencia como una especie de predicación, en voz alta y por supuesto con la autoridad de Dios.
3. La profecía trae edificación a la iglesia (edificación es crecimiento) y el espíritu de Dios anhela que se profundice en su iglesia (1° Cor. 14:4-5) “pero el que profetiza, edifica a la iglesia. 5 Así que, quisiera que todos vosotros hablaseis en lenguas, pero más que profetizaseis; porque mayor es el que profetiza que el que habla en lenguas, a no ser que las interprete para que la iglesia reciba edificación”.
4. También puede haber una profecía de interpretación, esto supone que un hermano o hermana se pone a hablar en lenguas en voz alta en un momento que no es de alabanza, la biblia dice que puede levantarse gente a interpretar pero hasta lo más 3, y si nadie se levanta interpretar después de un par de minutos debería bajar la voz y hablar en voz baja (1° Cor. 27-28) “Si habla alguno en lengua extraña, sea esto por dos, o a lo más tres, y por turno; y uno interprete. 28 Y si no hay intérprete, calle en la iglesia, y hable para sí mismo y para Dios”.
5. Un culto no necesariamente se tiene que sujetar a una sola profecía, incluso mientras el hermano o hermana esté profetizando, a otro profeta se le puede estar revelando otra cosa, y no por esto debe saltar eufóricos gritar lo que está recibiendo, debe esperar su turno y hablar en el momento en que esto se detenga (1° Cor. 14:30) “Y si algo le fuere revelado a otro que estuviere sentado, calle el primero”.
6. Usar el don de profecía requiere de adoctrinamiento y experiencia, no es que por recibir el don la persona ya sabe cómo hacerlo, debe ser instruido, debe aprender a profetizar (1° Cor. 14:31) “Porque podéis profetizar todos uno por uno, para que todos aprendan, y todos sean exhortados”.
7. La profecía no tiene que causar un desorden ni un escándalo en la iglesia, existen testimonios de personas que dicen que hicieron locuras mientras profetizaban por qué no podían controlarse, esto es una vil mentira, decir cosas como éstas no sólo lo convierten en un desordenado, sino también en un mentiroso, la biblia enseña claramente que se puede controlar el don de la profecía (1° Cor. 14:32-33) “Y los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas; 33 pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz”.
IV. CONSEJOS Y ACLARACIONES
· Cuando profetice procure no tocar desmedidamente
· cuando profetice procure no salpicar saliva
· cuando profetice procure no dejar sordo a su oyente
· Procure ser una persona higiénica
· cuando profeta y se procure estar en una buena comunión con Dios (no hay una voz audible diciéndonos cada palabra que se debe comunicar, más bien es la voz de Dios al corazón que nos hace entender lo que se debe hablar, si no se posee comunión con Dios no se logra entender del todo lo que Dios quiere decir)
· cuando profetice solo diga lo que fue enviado a decir
· la profecía no es para andar uniendo matrimonios ni mucho menos divorciándonos
· y la profecía no existe para darle órdenes al pastor (el pastor tiene una comunión y un contacto directo con el que lo llamó, Dios debe darle las directrices no los profetas. El consejo del profeta puede servir pero no debe tomarse como una orden)
· Si usted no profetiza aun teniendo el don, ese don se secará, y para retomarlo costará mucho trabajo
· el don de profecía sólo funciona cuando Dios quiera que funcione (no es una especie de varita mágica que puedes profetizar lo que tú quieras que ocurra)
· el don de profecía está para edificación de la iglesia, no para la exaltación del profeta
· los que profetizan por favor guarden su testimonio.
POR PASTOR MARCELO FUENTEALBA
